LIGA DE CAMPEONES

El sueño se acabó. Sólo hubo un equipo sobre el Madrigal y ese fue el Villarreal. Los hombres de Manuel Pellegrini bordaron un fútbol de ataque preciosista pero fallaron de cara a la portería y el partido termino con un empate sin goles. El Arsenal espera en la final de París al vencedor de la otra semifinal, Barcelona-Milan.

La mala suerte de los delanteros impidió que el Villarreal completara su sueño de llegar a la final de la Champions League.


El día en que el rey del fútbol mundial decía adiós, el “submarino amarillo” no pudo rendir tributo a Zinedine Zidane. Y en especial Juan Román Riquelme. El hombre tranquilo sobre el que rota todo el equipo y que tuvo en el minuto 89 la posibilidad de empatar la eliminatoria. Falló el penalti que inocentemente le hizo a Jose Mari la zaga londinense.

Ni Forlán, ni Guille Franco, ni sobre todo Riquelme tuvieron la sangre fría suficiente para marcar ante un Arsenal que se vio superado en todo momento por el fútbol desplegado por el equipo castellonense. Oportunidades claras delante de Lehmann acabaron en nada.

¿Del Arsenal? Sin noticias. Los hombres de Arsène Wenger venían con vitola de desplegar un fútbol preciso por sus victorias anteriores ante el Real Madrid y el Juventus. Lo que dice muy poco de estas dos escuadras históricas del balompié.

Pero como decía el clásico entrenador yugoslavo Boskov, “fútbol es fútbol” y su mística se construye con estos resultados imposibles. El Villarreal no sólo mereció un gol, sino los dos que necesitaba para llegar a la final y cumplir con el sueño de disputar su primera final de la máxima competición europea.

Ahora sólo queda recurrir a los lugares comunes del periodismo deportivo. El "Villarreal ha merecido estar en la final", "pierde el equipo que mejor ha jugado", "el fútbol hace grande a equipos que proponen poco", "el fútbol es cruel", "el Villarreal ha sido superior en todas las facetas del fútbol", "hemos sido fieles a nuestro estilo", "el Arsenal ha sido un equipo vulgar". Y lo triste es que todas estas frases, hoy, son verdad.